martes, 29 de diciembre de 2009

Metallica en Chile y T4F: ¿Culpa del chancho o del que le da el afrecho?

En primer lugar, les damos la bienvenida a todos a este blog, del cual se expresarán opiniones respecto a la música, actualidad, y temas de sociedad. Siempre bajo un punto de vista del joven (o viejo) amante del buen rock y metal.

Para empezar, escribo esta entrada para tratar el tema del concierto a Metallica en Chile y la cantidad de polémica que ha originado esto debido a sus altísimos precios y el hecho considerable de que este cobro no es justificable para el recinto y la seguridad del mismo.


Lars Ulrich listo para ir a su segunda pega como rabino.

Respecto al costo de las entradas, no es noticia vieja de que éstas varían desde 30 mil hasta (preparen el lubricante anal) 80 mil pesos. La verdad es que me parece simplemente repudiable que una empresa de mierda como T4F, compuesta por unos chupasangres más turbios y chantas que Marinakis, emita esta clase de ofertas para el consumidor (sarcasmo) y con un lugar que no tiene las características idóneas para hacer un concierto, por lo menos, sectorizado.

Ese es el otro tema. El Club Hípico es un lugar que, si bien es bien amplio, no es lo ideal para realizar conciertos que sean sectorizados, y es que el terreno en sí es demasiado grande y plano (los que estén en General y midan como 1.70 simplemente cagaron) y tiene ese problema de que, mientras más lejos, peor se escucha. Y no olvidemos el tema de la salida, la cual es una sóla para toda la cantidad de personas que asistirían al evento.

Pero ahora entraré al punto al que quería llegar: ¿La culpa del cobro injustificado para el concierto es culpa de la productora usurera o de los mismos consumidores que dejan que les metan el pico en el ojo y dar pie a que estos hijos de puta sigan aprovechándose?

Y es que también hay que considerar que, gran parte de lo que sucede acá, es producto de que los fanáticos no están interesados en darle un freno a esta situación dando excusas tales como "es que es Metallica po, hueón". ¿Y cómo Iron Maiden, en este mismo año que está terminando, y siendo una banda con un nivel de reconocimiento similar a Het y Cía., hizo un concierto en el que los precios no superaron los 25 mil pesos?

Pero bueno, también hay que considerar que también están los llamados espectadores-turistas, quienes tienden a ir a un concierto por el hecho de querer "estar ahí", como si de la llegada de los Annunakis se tratara.

Y también hay que considerar el nivel de conformismo de muchos fanáticos o espectadores, al pegar el grito en el cielo cuando se supo cuáles serían los precios, amenazando hasta con boicot pero que, apenas salieron a la venta las entradas, fueron los primeros en comprarlas.

Y bueno, ¿de quién es la culpa? ¿del chancho o del que le da el afrecho? Juzgue usted.

Milo Snake


No podía faltar esta imagen